mayo 18, 2011

Acoyte

Era poco mas del mediodía. Dos horas es poco, aunque no después de ese día cuando esperé. Siempre esperé. Era recién Mayo y ya no Abril. Con sol vivíamos y el aire se dejaba respirar.
Era una esquina con rejas a mi espalda y en todas las esquinas semáforos. Ya dije que había sol. No dije que yo no tenía calor. No tenía nada que me pesara, ni calor ni ansiedad. Hasta después.

Rosario, Guayaquil, Formosa. No recuerdo, juro que no recuerdo. Ya sé, increíble. Una de esas calles cruzaste y yo sonreía y por dentro moría. Por primera vez. Pero no por última.