enero 31, 2012

Tal vez sueños estivales

Por primera vez en todo este tiempo llegué temprano, antes que vos. Una pequeña demora y un chiste malvado, pero merecido, me hicieron llegar a tiempo, esta vez.
Pude ver el instante preciso en que la gente que baja delante tuyo deja de ser importante y la que viene detrás también. El mágico instante en que un espacio vacío de se llena con tu figura. Cansada, trajinada y acá mismo, en persona, junto a mí.
Te espero, no me arrimo, te dejo respirar, te espero, te abrazo, mejor después, hace calor esta vez. Te beso, un poquito, que puedas respirar, hace calor. Libero tu espalda del peso, y tus manos también. Y quiero verte fumar, no hablo del humo, hablo de tus manos.
Es de noche, más tarde que de costumbre, la ciudad tiene las luces bellas, las estrellas están y en la calle no hay mucho, hace calor, pero hay paz. Hay calma en nosotros también, compartimos el cansancio...
Vamos a caminar sin dudas, siempre te hago caminar, y hace calor. El color de nuestros rostros cambian, el sol, el calor. En el tuyo, los ojos brillan cada vez más, momentos únicos, los ojos grandes que cambian de miel a verdes, y yo trato de mirarte lo más posible, de reojo, de contrabando, sin que te des cuenta.
Te sigo haciendo caminar, hace calor, el sol te quema, te aplasta, te derrite... a cambio de todo esto te dejo dormir, todo el tiempo que necesites, y ahí si te miro (ojos que no ven corazón que no siente). Mientras dormís, con alguna caricia suspirás o sonreís o te acomodás para ser acariciada. O tal vez estés soñando, sueños estivales...

enero 14, 2012

Trasnoches

Quería contarles que casi siempre soy feliz, que no me quedo mirando por la ventana más que para sentir el sol, que respiro los árboles del boulevard y miro a la gente caminar. Y sonrío, que subo a la vereda de un salto como siempre lo hago, que me gusta sentir mi espíritu y mi corazón.
Tengo llena de canciones la cabeza y millones de palabras penden de mi labio inferior. Que trago saliva cada tanto y decoro esos papeles que acumulo en mi rincón de papeles acumulados. Que me siento a mirar el río, y a adivinar qué es lo que está pasando del otro lado, adivino e imagino. Que amo mi imaginación, y reniego de ella. Que me gusta ser feliz y hacer feliz. Que guardo el sonido de las risas ajenas, porque las mías no funcionan, y sé que las voy a necesitar. Que interpreto las miradas y muero fácilmente. Que no conozco nada más lindo que acariciar a alguien que quiero. Que en los abrazos encuentro el amor.
Que estoy mirando las horas pasar en el reloj, que ya son las 5 de la mañana y tal vez logre pasar esta noche sin dormir, y sin que nada dentro estalle en mí. Y que toda la noche, sonrío.

borrador encontrado con fecha 16/12

enero 11, 2012

Boulevard

Un poco por aburrimiento, un poco por salir, un poco por sentir fresco, mirar la calle y no quedarme encerrado, a veces salgo a caminar y siempre elijo el Boulevard, con sus palmeras, con su bicisenda que no es, con su verde que forma un pasillo que no lleva lejos pero que sabe regresar, luego de tocar el río.
Lo camino despacio, lo observo a él y a su gente, la que descansa en sus bancos, la que vive allí, la que charla o lee, o espera a alguien, las parejas que se besan o que se quieren besar. Los padres que ven a sus hijos andar en bicicleta o los que pasean a sus perros o con sus perros. A los costados en los bares la gente come y yo curioseo qué. Por mis ojos entran todos los sabores y me refresco con los refrescantes vasos aunque nunca hace calor en el Boulevard.
Algunos pocos autos cruzan por las calles o siguen el trayecto del Boulevard, yo todo lo miro, todo lo retengo. El Boulevard trae palabras siempre, cuando termina me da un rato para pensar y luego volver. Tanto jardín y tanto parque, tan a mano. Esa brisa y luego elegir hacia la derecha o hacia la izquierda.

El Boulevard es como un tobogán que me deposita en otras calles, en otros caminos, en la compañía incesante del río, y yo río, río, sonrío. En el Boulevard.

Condición

Se esfumó
no dejó carta ni nota alguna
que saber, que leer.

Habrá corrido
por la llanura de mis brazos
sin ton ni son
sin razón, vacía.

Las memorias son las huellas
que su figura deja
perlas enteras de la crisis
y su condición.

Alguien, quizás, la vea dormir
yo estoy seco y ya no puedo verla.

Debo salir a resolver el mal
y despojarme de toda condición.

enero 09, 2012

Collage

Es una búsqueda, una cuestión de corazón inquieto, una vertiginosa voluntad feliz, un contento indomable que rompe en mi pecho como las olas del mar en tus pies (cuando estás ahí) y en el suelo (cuando no estás ahí), derribando castillos de arena. Es una profunda pero visible alegría, es el malabar contínuo y es la mirada segura en un punto fijo pero incierto. Es una especie de engrudo el que hace que todas esas cosas se unan en un collage que se arma y que, con ayuda del tiempo, del destino y de los actores puede ser una imagen increíble.

enero 04, 2012

Otro capítulo de los sueños

Ese mismo trayecto diez años atrás había sido parte de una pesadilla fugaz que siguió a un sueño eterno. El mismo lugar de partida, la misma estación de llegada, el mismo lugar para la espera, la misma persona llegando por la misma calle. La misma sonrisa, la misma mirada.
También sentí vergüenza debo decir, mis ganas me llevan a todos lados y a veces no sé como debo actuar. Todas esas personas de las que siempre hablamos estaban ahí, y también las que nunca mencionaste. Como ambos sabemos puse a funcionar esa maquinita que es mi mente y que es mi memoria, buscando familiares detalles en las esquinas, en las veredas y en los autos estacionados que ya no eran los mismos. Jugué conmigo mismo a adivinar la puerta de tu casa unos metros antes y perdí. Perdí conmigo, así que no dije nada. Es que la última vez que estuve de frente a esa puerta era de noche, la última vez que estuve de día ahí, estaba de espaldas.

Muchas veces había pensado y soñado ese momento, en que alguna vez volvería a ver ese pasillo que va a la izquierda, esa mesa donde calmé mi frío, mi hambre y mi miedo alguna vez. Y al final de todo ese camino estaban las personas que (recordaba) nunca olvidé y las que nunca conocí antes, más que por fotos que fijo en mi memoria. Todos tan parecidos y en movimiento. Yo tan distinto y tan quieto, tan cuidadoso, tan callado, tan... ¿antipático?.

Como siempre, quería ganar ese juego no quería perderlo y no era posible empatarlo, no quería ganarte a vos, pero tampoco quería que me ganaras. Y tan lejos de mi mano, del otro lado de la mesa. Te miro todo el tiempo, vos mirás la mesa, mi mano tiene ganas de la tuya... y cae el sol. El día se empieza a ir, y yo que arranqué con ganas de dormir, ya estoy despabilado en el medio de otro capítulo de los sueños, ese en el que ya estoy sentado a tu lado y mi mano está en tu pierna, en el que escucho tu risa, en el que ya no estoy tan callado, en el que ya no soy tan quieto, en el que aún sigo cuidadoso, pero encantado, envuelto en otro capítulo de los sueños...

enero 02, 2012

Refresco

Había imaginado muchas veces una situación similar en la que te esperaba, vestido de esta misma forma, en un banco de plaza, tomando una gaseosa o un helado, lo que sirviera para calmar el calor. Y la espera.
Llegarías de frente a mí (de ninguna manera estaría dispuesto a perderme tu llegada) con tu mirada profunda que aniquila con el movimiento de las comisuras que se dibujan en tu rostro.

Esperaría a que te sientes a mi lado y sin mirarnos, pero viendo el horizonte, yo diría "Qué calor, ¿no?" y vos sólo dirías "si". Luego, yo terminaría mi gaseosa y caminaría hasta un cesto para tirar el envase vacío. Vos apagarías el segundo cigarrillo desde el encuentro.

A mi regreso, con las manos en los bolsillos y el primer botón de la camisa desprendido, extendería mis dos manos para tomar las tuyas, te ayudaría a levantarte y con el mismo envión te acercaría a mi cuerpo y luego de abrazarte y besarte, sentiría como se refresca mi corazón.