Es una búsqueda, una cuestión de corazón inquieto, una vertiginosa voluntad feliz, un contento indomable que rompe en mi pecho como las olas del mar en tus pies (cuando estás ahí) y en el suelo (cuando no estás ahí), derribando castillos de arena. Es una profunda pero visible alegría, es el malabar contínuo y es la mirada segura en un punto fijo pero incierto. Es una especie de engrudo el que hace que todas esas cosas se unan en un collage que se arma y que, con ayuda del tiempo, del destino y de los actores puede ser una imagen increíble.
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