junio 16, 2012

Laura Andrea

Desperté. Dejé por un segundo los pies. Abrí los brazos. Imaginé que eran alas, y batí. Batí muy fuerte e intenté volar. Quise llegar hasta tu nube, o a tu estrella. No estoy muy segura. No sé que preferiría. No sé adonde hubieras elegido estar ahora.

Siento que hay muchas preguntas que no te hice. Es este vacío. Créeme. Te juro que nunca imaginé que te ibas a ir. Al menos nunca pensé que tan rápido, así de golpe. Y todas esas preguntas que nunca te hice, ¿A quien se las hago?. Temo hacerlas. Es que todos buscan tener respuestas, y yo no las necesito de ellos. Nunca me hiciste tanta falta.

Existen vacíos que no se pueden llenar. Uno no se da cuenta hasta que lo ve, hasta que siente y se da cuenta que hay cosas que son irreemplazables. Imprescindibles.

Y no me doy cuenta que estoy siendo injusta. Pretendo encontrar en alguien todo aquello que me falta de vos. Amor. Protección. Un poco de magia. Sonrisas. Incondicionalidad.

Necesito decirle a alguien “te amo”, pero en realidad necesito que lo escuches vos. Quizás tengo la sensación, la sensación de no habértelo dicho lo suficiente, de no saber que lo sabías. Ojalá sepas que te amo, que te necesito, que te quiero encontrar y saber cómo estás. Pero no puedo volar más allá.

Si pudiera volver el tiempo atrás te dedicaría todo el tiempo. El tiempo que, tal vez, no te dediqué. Y acá todos te estamos esperando a cenar. No hemos cambiado nada. Sé que puede sonar estúpido, pero tal vez lo necesites.

Pienso en vos. Te juro que pienso en vos todo lo que puedo. Y te pido perdón si a veces me distraigo.

A veces cuando hablo espero que me escuches. Cuando río, espero que rías conmigo. Y ojalá no me veas llorar.

De a ratos me siento tan egoísta. Pienso en mi. Sigo pensando en mi, pero siempre a través de vos. Voy a hacer lo que sea para que te sientas orgulloso de mi.

Sos la persona más bella que conocí. La más bella y entrañable. Quisiera sentir que me acompañas, verte sonreír o que me retes. Que me llames. Darte el último beso por la noche y el primero por la mañana. Escucharte llamarme hija. Saber que mi mundo es lo que era. Y el tuyo también.

No sé dónde, ni sé cómo pero espero que puedas saber todo esto. Saber que más que nunca estás dentro mío, que siempre lo estuviste y siempre lo vas a estar. Que te amo, que te extraño, que te espero. Que te necesito. Ahora como siempre.

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