junio 30, 2012

A solas con el silencio y el frío

Hoy la calle tenía algo encantador pese a la garúa y a la humedad... algo en las calles que se parecía al silencio encapsulando al sonido de la música en mis oídos. Las manos en los bolsillos, la bufanda y la campera abierta, cruzar las calles despacio, sin apuro... ver la ciudad que no duerme y que pronto además despertará...
Luego de una hora de caminar, son las dos y media de la mañana y estoy sentado frente al río, desde donde veo el islote vecino. Descubro que estoy absolutamente solo en este instante, en este lugar, cierro los ojos y respiro el césped, y escucho el viento que hace que mi nariz se ponga fría... sonrío un poquito, estoy feliz, disfrutando este momento, a solas conmigo mismo... a solas con el silencio y el frío.

1 comentario:

no le pidas peras al olmo no le pidas peras al olmo