marzo 31, 2013

Sueños por cumplir


Si la medida de las cosas fuera el lugar que ocupas en mis lugares, tal vez a los ojos de los demás, y también a los tuyos, todo podría parecer una total pérdida de tiempo. Así funciona el mundo de verdad, la realidad. Pero una vez invitada a ésta, mi fantasía, pequeña criatura, viajera de este ensueño no hay mucho que pueda deshacerse. Pocas cosas pueden volverse atrás.
Si tantas horas has dejado, grabando tu estela en mi impericia de ser humano imaginario e ideal, ¿de qué color pintar los ojos?, si los únicos colores que conozco habitan tus pupilas, y brotan de tus manos, los pinceles. Y a qué espejo más perfecto podría reclamarle mi reflejo, si no es a tus miradas, las que no me miran, las que no me ven.
En qué otro lugar querría esperar el eco de los sonidos que me alegran y desvelan, si no es en las paredes de tu boca, en el marfil de tus dientes, en la seda de tus labios, cuando por mágica coincidencia, la palabra que pronuncio se repite en el sonido de tu risa, el eco.
Sin embargo, es probable que no lo sepas ni lo sientas, por más que te inunde y te invada hasta ser parte de tu sangre, y de las gotas de agua con sal que lloraste.
Creo que equivocas el origen del estímulo que te llena, del misterio que te llama, de la vida que te espera, de los sueños por cumplir.
Yo creo. Tú sabrás.

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